Casa-Museo de Cervantes

Casa-Museo

 

“Se han fundido en un tipo que se llama como el auténtico quizá Quijada, quizá Quijano y acabará denominándose D. Quijote. El pueblo donde nació es Esquivias, pero ya la pista era demasiado clara para completarla con ese detalle. Será un lugar de la Mancha de cuyo nombre...”
Fernando Díaz-Plaja


*Nota: Todas las palabras que aparecen en azul, son enlaces a fotografías de la casa-museo
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RECORRIDO POR LA CASA:

Es una típica casona del siglo XVI, de dos plantas con patio empedrado al que se accede por un portalón Patio de Entrada . Conserva perfectamente la estructura de los techos de vigas vistas, así como las puertas con los herrajes y las rejas de las ventanas.

Esta casa perteneció, como consta en el escudo de su fachada Escudo principal, al Hidalgo Don Alonso Quijada Salazar, miembro de la familia de los Quijadas, ricos terratenientes esquivianos.

D. Alonso era una persona muy dada a la lectura de libros de caballerías, y un tanto enloquecido por ellas, que terminó profesando como fraile en el convento de San Agustín de Toledo. Gran número de biógrafos cervantinos, como Rodríguez Marín y Astrana Marín, consideran que este hidalgo constituyó el primer boceto para la creación del universalmente famoso personaje Don Quijote de la Mancha. Don Alonso era tío de Catalina de Palacios, mujer de Cervantes, y cedió el piso superior de esta casa para el matrimonio.

En 1971 fue declarada Monumento Histórico-Artístico. Posteriormente, en 1990 la Fundación Ramón Areces y la Junta de Comunidades de Castilla La-Mancha conceden al Ayuntamiento de Esquivias el importe económico necesario para la adquisición del inmueble , hasta entonces de propiedad particular. En 1991 comienzan las obras de restauración y finalmente la Casa Museo de Cervantes fue inaugurada el 12 de Diciembre de 1994, coincidiendo con la celebración del aniversario del matrimonio entre Catalina de Palacios y Miguel de Cervantes.

Despacho:

La habitación está presidida por el Retrato de Cervantes Cervantes , obra realizada por Belmonte en 1861.

Este es el lugar donde los personajes importantes que visitan la casa dejan estampada su rúbrica en el libro de firmas. En las paredes hay dibujos de temas cervantinos Dibujos , realizados por López Motos, un insigne cervantista, y los escudos de dos pueblos que pertenecen a la ruta del Quijote: El Toboso y Campo de Criptana, flanqueando un paisaje del lugar natal de Cervantes, Alcalá de Henares.

También tenemos las esculturas de Don Quijote D.Quijote y Sancho Panza Sancho Panza realizadas por Francesc Anglés con vendas de escayola, y varios dibujos cervantinos de este artista.
 

Vitrinas:

En las vitrinas de la derecha, tenemos varias ediciones de la obra inmortal de Cervantes, "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", traducida en diferentes lenguas, no hay que olvidar que este es el segundo libro más traducido después de la Biblia, y vemos también una edición facsímil Facsímil del siglo XVIII. Además contamos con dos ediciones originales de "La Galatea", novela pastoril que Cervantes publicó en 1585, un año después de casarse.

En las vitrinas de la izquierda hay fotocopias de documentos del siglo XVI pertenecientes a los libros de parroquias que demuestran la existencia de algunos personajes del Quijote que vivían en Esquivias en la misma época en la que Cervantes era vecino del lugar. Merece destacar la partida de casamiento Partida Casamiento de Miguel de Cervantes y Catalina de Palacios.

En el Quijote no solo aparece reflejado Don Alonso Quijada, tío de su mujer, sino que Cervantes toma como modelo a muchas otras personas de carne y hueso que conoció en Esquivias, este es el caso de Diego Ricote, el Vizcaíno, Pedro Alonso, Sansón Carrasco, Maese Nicolás, el cura Pedro Pérez, Juana Gutiérrez o Mari Gutiérrez o Teresa Panza (los tres nombres con que se refiere a la mujer de Sancho) y, como no, también a Sancho Panza, que estaba inspirado en un criado llamado tío Zancas.

Por otra parte, Cervantes menciona a Esquivias en varias de sus obras, como en "Persiles y Segismunda", "La Cueva de Salamanca", y "La Elección de los Alcaldes de Daganzo", hablando siempre con cariño de los vinos y la hidalguía de este pueblo.

Habitación donde Cervantes y Catalina platicaban de su Amor:

Actualmente, ésta habitación contiene una máquina Máquina con la que se hacía la matanza, utensilios para la elaboración de quesos y las fanegas que servían para medir el grano. En una de las paredes observamos una alacena con celosía Alacena típica de las casas antiguas.

Hay una pequeña escalera de caracol Escalera que comunica los tres pisos de la casa, era utilizada por la servidumbre para evitar tener que pasar por las habitaciones de los señores.

Cervantes fue bien acogido entre aquellos hidalgos ya que era un hombre que venía con la aureola de haber participado en la batalla de Lepanto, había estado cautivo en Argel y era conocido como escritor de varias novelas y comedias. Seguramente que el escritor estaba muy solicitado para que acudiera a las tertulias que se celebraban en las casas de los hidalgos esquivianos, a los que dejaba maravillados con sus hazañas.

En estas reuniones conocería a la que fue su mujer, Catalina de Palacios, y se cuenta que por esta ventana la cortejaba Ventana durante su noviazgo, costumbre muy típica antiguamente que se ha perdido sólo hace unos años. Sin embargo el noviazgo fue muy corto, apenas tres meses, ya que se casaron el 12 de diciembre de 1584. Tres meses en los que pasearían por la fuente Ombidales, por el camino real de Madrid y disfrutarían de las tardes soleadas del otoño en el huerto de los Perales. Catalina debió quedar cautivada de la charla amena y fluida de su acompañante, enamorándose de él como una colegiala, que en realidad por su edad, 19 años, lo era.

Cocina:

La cocina, típica de la meseta castellana, tiene hogar o chimenea Cocina grande con dos poyos de argamasa de cal y arena, cubiertas de baldosas de barro cocido.

La cocina era la pieza más importante de la casa, serviría de comedor, de cuarto de costura en invierno y de centro de reunión en las largas veladas invernales. En aquellas veladas y reuniones de tipo social y amistoso debió llegar a oídos de Cervantes la vida de un tío de Catalina, Don Alonso Quijada, hombre iluso, gran lector de libros de caballerías, amante de la caza y que llevaba una vida excéntrica en la que prestaba más atención a sus ilusiones que al cuidado de su hacienda.

Imaginamos que Cervantes llevaría ya tiempo gestando en su imaginación su gran obra inmortal y encontró el prototipo de su héroe en aquella figura maravillosamente excéntrica de Don Alonso.

 

Recibidor:

Nos encontramos en el recibidor de la casa o zaguán, pieza cubierta que sirve de vestíbulo, en cuyo techo podemos observar las vigas de madera Vigas de madera , una de las pocas cosas, junto a las puertas y ventanas, que se han conservado de la antigua casa.

Podemos ver un gran lienzo con tema bíblico: "El Juicio de Salomón" El Juicio de Salomón . Es un cuadro anónimo, del siglo XVIII y no de muy buena calidad. Lo más curioso es el hombre con gafas que aparece al fondo y que parece mirar al espectador, creemos que sería el autorretrato del pintor, ya que lógicamente es un anacronismo situar en tiempos de Salomón a un hombre con gafas, al igual que pintar a un soldado vestido como en el siglo XVIII.

Ascendemos al piso superior por una escalera de madera Escalera y a mitad de camino nos encontramos con otro gran cuadro anónimo y de tema bíblico: "La Coronación de Ester" La Coronación de Ester . Ester fue una joven hebrea, esposa del rey persa Asuero, que, a petición de su tío Mardoqueo, intercedió ante su esposo el rey para salvar a los judíos establecidos en Persia de la amenaza de ser exterminados por el cruel ministro Amán. El cuadro muestra el momento en el que Ester es elegida reina de entre una multitud de muchachas que se presentaron ante el rey. Como buen árabe, el monarca persa tenía un harén, pero sólo una de sus mujeres podía ser coronada como reina y esta fue Ester.

Seguimos subiendo la escalera y accedemos a través de una pesada puerta de cuarterones Puerta de Cuarterones con grandes herrajes al recibidor de la planta alta Recibidor 2ª Planta , donde vemos otro cuadro, este de mayor calidad que los anteriores, se trata de "El Juicio de Jesús" El Juicio de Jesús . En el centro aparece Caifás, el sumo sacerdote judío que ordenó la muerte de Jesucristo. A ambos lados aparecen los miembros del Sanedrín o consejo judío, encargado de decidir sobre los asuntos religiosos y políticos.

En esta habitación podemos admirar sus balcones de cuarterones con ventanillos que dan al patio empedrado, patio principal de la casa.

 

Sala de Armas:

Presidiendo la sala de armas tenemos un tapiz del siglo XVI Tapiz con el escudo del rey Carlos V y de la ciudad imperial de Toledo, emblema fácilmente reconocible por su característica águila bicéfala.

La razón de que situemos una sala de armas en esta Casa-Museo es que sabemos que durante el reinado de Felipe II se hace un censo general y en el año 1575, Esquivias tenía 250 vecinos de los cuales 37 eran hijosdalgo de rancia cepa. Estos hijosdalgo se llamaban: Bivares, Salazares, Ávalos, Mejías, Ordóñez, Barroso, Palacios, Vozmedianos, Quijadas, etc.

También se anota en el citado censo: “en letras no se tiene noticias de que haya habido en Esquivias personas señaladas, pero en armas ha habido muchos capitanes y alféreces y gentes de gran valor”.

Entre estos valerosos personajes destacan los capitanes: Pedro de Arnalda, que fue muerto por los árabes en Alcalá de Benarez; el capitán Barrientos; Alonso Mejías, alférez mayor en Italia y Flandes; y Luis Quijada, privado de Carlos V y ayo del ilustre Don Juan de Austria. Citamos también al alférez Pedro de Mendoza, que fue el primero que puso la bandera cuando se ganó La Goleta y el emperador Carlos V le dio 250 ducados por ello.

El padre de Catalina, Don Fernando Salazar y Vozmediano, también fue un personaje importante ya que sirvió a su majestad Carlos V en Flandes, Metz de Lorena y San Quintín. Su importancia en la corte se demuestra al ser invitado a la boda del rey Felipe II.

Los tíos de Catalina, Don Gonzalo, Don Juan y Don Alonso Salazar lucharon en Flandes, Italia e Indias donde murieron por las heridas recibidas en combate.

Pero lo que más llama la atención en esta estancia es la reproducción de las armas de Don Quijote Reproducción armas de D. Quijote : la armadura, la lanza, el yelmo, y hasta la bacía de barbero que el héroe confundía con el yelmo de Mambrino, historia que se recoge en el capítulo XXI de la Primera Parte de “El Quijote”. El enloquecido hidalgo, que ya había prometido que se haría con el cotizado yelmo, divisa a lo lejos a un barbero que viaja montado en un asno y con la bacía de latón en la cabeza para resguardarse de la lluvia. Las bacías eran una especie de palangana que los barberos utilizaban para remojar la barba antes de afeitar a alguien, pero a Don Quijote se le antoja pensar que aquello es el yelmo de Mambrino, un personaje de los libros de caballerías, y ataca al pobre barbero para arrebatárselo, haciendo caso omiso de los consejos de su escudero Sancho. Desde ese momento, el caballero andante portará orgulloso el “baciyelmo”, como lo llamará Sancho, en su alocada cabeza, y esta es la imagen más típica de Don Quijote.
 

Biblioteca:

Desde la sala de armas pasamos a la biblioteca de Cervantes, donde en un pequeño armario Armario se conservan algunos libros del siglo XVI.

En la biblioteca hay una ventanita Ventana de la Biblioteca , la tradición cuenta que fue la inspiradora de la escena en que son arrojados al fuego del corral los libros expurgados de la biblioteca de Don Quijote, tal y como nos relata Cervantes en los capítulos VI y VII de la Primera Parte de “El Quijote”.

Tras su primera salida en busca de aventuras, Don Quijote vuelve a su casa molido a palos y, mientras se recupera en la cama, el ama, la sobrina, el cura y el barbero deciden quemar la mayor parte de los libros que componían la extensa biblioteca del hidalgo, se salvaron muy pocos, entre ellos el “Amadís de Gaula” que es considerado como el precursor de los libros de caballerías. Mientras el cura y el barbero estudian el contenido de los libros, el ama va arrojando aquellos volúmenes condenados al corral donde posteriormente serán quemados. Cuando Don Quijote se despierta va en busca de su biblioteca y no la encuentra porque la han tapiado, su sobrina para hacerle entender le cuenta que un personaje de los libros de caballerías, el sabio Frestón, la ha robado.

 

Dormitorio de Alonso Quijada:

Salimos de la sala de armas y volvemos al recibidor desde donde nos dirigimos al dormitorio de Don Alonso Quijada. Observamos la decoración típica del siglo XVI en la que destaca un reclinatorio y una imagen de Cristo Dormitorio . Era muy común en la época tener este tipo de reclinatorios en los dormitorios para realizar las oraciones, sobre todo en personas tan religiosas como Don Alonso, no olvidemos que después de su locura profesó como fraile agustino en Toledo, donde murió y sabemos que hasta que no hubo muerto, en 1605, Cervantes no publicó “El Quijote”, para no herir el honor de su pariente político.

 

Cocina Planta Alta:

Entramos en la cocina de la planta alta Cocina Planta Alta y observamos la chimenea en la que ardería un fuego alimentado con leña de encina, vid y olivo. Tenía morillas de hierro, ollas de hierro y pucheros de barro para cocer los guisos. Las morillas o morillos son los caballetes que se ponen en el hogar de la chimenea para sustentar la leña. El hecho de que en la casa haya dos cocinas responde a que en ella vivían dos familias, en la planta alta Cervantes con su mujer y en la planta baja otro tío de Catalina, el cura del pueblo, Don Juan de Palacios. Pero de todos modos la cocina importante era la de abajo, ésta serviría más para calentar la planta alta de la casa.

Nos fijamos en los objetos domésticos típicos de la época como por ejemplo el "calienta camas" Calienta Camas y en las dos puertas de celosía que hay a ambos lados de la chimenea, detrás de las cuales se encontraban las alacenas donde se almacenaban los alimentos.

 

Cuarto de Costura:

Desde la cocina se accede a la habitación donde Catalina Habitación de costura pasaría las horas tejiendo y bordando, y podemos ver una rueca para hilar la lana como las que se utilizaban antiguamente.

A esta dependencia de la casa se podía llegar también a través de la escalerita de caracol que hemos visto abajo. La escalera sigue subiendo desde aquí hasta el desván, que hoy es un palomar. Esta pequeña escalera de caracol estaba destinada a los criados o la servidumbre, para que pudieran acceder a los diferentes pisos de la casa sin tener que pasar por las habitaciones de los señores.

 

Habitación de Cervantes y Catalina:

Entramos al dormitorio principal de la casa, el que con seguridad ocuparían Cervantes y su mujer. En cuanto a la decoración destaca el pequeño retablo Retablo , con influencia musulmana que hay sobre la cama, en esa época era muy frecuente que la gente noble utilizara este tipo de decoración como cabecero. El resto de las paredes presentan relicarios con trozos de mantos pertenecientes a obispos y santos.

También podemos ver una mesa de la época Mesa de Época , donde se han colocado libros antiguos, una pluma y manuscritos, simbolizando el lugar donde Cervantes escribió parte de sus obras.

Cuenta la tradición que por las noches, a través de este balcón Balcón del dormitorio , se veía la luz de una candela que iluminaba los pensamientos y las letras del escritor. Parece ser que Cervantes se sentaba en el balcón a admirar el campo castellano, que por aquel entonces podía divisarse desde aquí, y que le inspiraba para escribir.

 

Patio:

Llegamos hasta el patio empedrado muy al estilo castellano, donde brilla la panza de una tinaja manchega Patio con tinaja y el pozo se arrincona en un ángulo bajo la sombra de los tapiales, típicas paredes castellanas realizadas con tierra amasada.

 

Bodega:

Entramos en la bodega donde las enormes tinajas Bodega conservaban el buen vino que se hacía en Esquivias, vino muy famoso, lo que queda demostrado por un Real Decreto de 1530 en el que se dice que en Esquivias se hacía vino para la Casa Real, para la nobleza española y para enfermos y parturientas con receta medica. También se mandaron aclarar o filtrar todos los vinos de Castilla con tierra de Esquivias.

Nos consta que en la corte de Felipe II se bebía vino de Esquivias, un vino blanco, de postre, tónico, oloroso y grato al paladar.

Por otra parte, encontramos un escrito fechado el 31 de octubre de 1611 donde un tal Blas de Morales, vecino de Getafe, pide a la sala de alcaldes licencia para vender vino de Esquivias en su pueblo y acompaña un certificado médico de un licenciado Serrano en el que se afirman los efectos beneficiosos del vino de este lugar. Finalmente se concedió la autorización.

Podemos ver en las tinajas frases de las obras cervantinas en las que se menciona a Esquivias. Concretamente Cervantes se refiere a los vinos esquivianos en el prólogo de “Persiles y Segismunda” y en un fragmento de “El coloquio de los perros”.

En la bodega se ha acondicionado un pequeño museo de aperos de labranza Museo de Aperos y utensilios caseros de la época, donados por vecinos de Esquivias.

 

Cueva:

Todas las casas antiguas de Esquivias tienen su cueva Cueva . No hace mucho tiempo el pueblo estaba totalmente comunicado bajo tierra ya que la mayoría de las cuevas se cruzaban. Hoy muchas de ellas se han cegado o tapiado aunque aún se conservan algunas, como esta. Estaban destinadas principalmente como despensa y en los huecos de las paredes había tinajas donde reposaba el vino.

No se sabe muy bien su origen, parece ser que se construyeron durante la ocupación musulmana para refugiarse de las continuas batallas, ya que, si desde un principio se hubieran realizado con el fin de almacenar alimentos, las cuevas no tendrían porqué ser tan largas y comunicarse entre ellas, además, las improntas de las tinajas sólo aparecen en los primeros tramos de las cuevas.

 

Cuadra:

Al salir de la cueva pasamos por un portalón al corral y desde allí nos dirigimos a la cuadra, donde estarían el rocín flaco y el asno propiedad de Don Alonso Quijada. Precisamente sería este caballo el que Cervantes utilizaba en sus desplazamientos como recaudador de Alcabalas y Propios, oficio que su protector el Conde de Lemos y el Arzobispo Sandoval habían conseguido para él.

Actualmente la cuadra está habilitada como sala de exposiciones. Cuadra